Una amiga de Avellanosa llamada Flor nos regaló una gallina con sus tres pollos.
Ésto nos llenó de alegría y les preparamos un rinconcito en el gallinero.
A la mañana siguiente vimos a los pollitos muy compungidos ante su mamá, recibiendo una buena reprimenda...
Revisando la cámara de vigilancia, encontramos ésta imágen de los tres pilluelos en plena correría nocturna.
Desde que su severa mamá les leyó la cartilla andan muy formalitos por los alrededores del gallinero sin separarse de ella.
No es por asustar, pero éstos montes abundan aguiluchos, milanos, garduñas y zorros...
1 comentario:
¡Ay que juventud!
Hay que ponerles firmes desde pequeñitos. ¡UO, UO, UOOOOOO!
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