Llegó al pueblo llamándose Amparito, pero todos tenemos la costumbre de ponerle un nombre distinto (Michina, Kiss, Dorita, etc...).
Es la madre y la abuela de varias generaciones de gatos.
Por eso propongo bautizarla definitivamente como Eva.
Es muy inteligente y valiente. Se hace respetar por los perros y jamás ha arañado a las personas.
Ésta hermosa imágen nos la muestra en el portal de Juan Luis, acurrucada entre los maderos, soñando con su regreso.
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