Aquí tenemos a Juan Luis con su silla y sus arneses.
Así, bien pertrechado, cabalgará guiando al ganado a través de las llanuras durante muchas jornadas hasta llegar a Tucson o Belorado.
Ojalá fuera cierto!
Desde hace unas semanas las vacas han estado invadiendo nuestras calles y pisoteando nuestros huertos, dejando repartidas por todo el pueblo unas boñigas de considerable tamaño.
Hemos tenido que recurrir al mejor invento del Lejano Oeste: El alambre de espino.
De todos modos, hay que decir que una vez secas, éstas boñigas son un combustible muy apreciado por los apicultores, pues producen un humo blanco y poco irritante.
En nuestro colmenar usamos el combustible de "Chiquita", off course.
1 comentario:
Estupenda versión de un cowboy muy actual !!!
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